miércoles, 15 de junio de 2011

APNEA

Firmé con él y todo nos parecía nuevo,
los cuadros de un extraño y aquella llave usada.
El olor de un regalo envuelto con periódicos,
que fuimos descubriendo lentamente,
se volvió lugar común en nuestras fosas nasales.
Y fumamos los meses apurando las colillas,
haciendo nuestra vida en esas viejas sábanas,
que hoy ásperas no admiten más jabón.
Y efervescentes se deshacen como pastillas
en el agua vacía del tedio.


Andrea Pelegay
"Al encuentro de todo"

1 comentario:

  1. Lo malo cuando se llega a este punto es que de nada sirve tampoco comprar sábanas nueva. Por muy bonito que sea el envoltorio, lo que guarda, se ha echado a perder.

    Un saludo.

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