miércoles, 15 de junio de 2011

MÓRTICE

En el centro del anticiclón,
Mórtice podríamos llamarlo,
El sol no es una bendición
Y los torbellinos son de molicie.

Los latidos son pequeñas muertes
Que se oyen allá a lo cerca,
Y los amagos de brisa son milagros fugaces
Que mueren al primer intento de caricia.

El aire, si es que alguna vez lo hubo,
Es un obeso que entra por la nariz
Con un saco de cemento
Para dormirse en tus pulmones.

En el corazón del mórtice
Es contraproducente cualquier
Tipo de esfuerzo físico o mental.

La vida desciende a las manos y a los pies
Como un ancla abatida,
Y el cerebro es una ballena varada.

Por ello, me resulta fascinante
La nitidez con que te evoco,
Bella y espectral,
Tras el ruego magro y encarecido
Que se ahoga a orillas de mi boca


Carlos Rodrigo

No hay comentarios:

Publicar un comentario